lunes, 5 de marzo de 2012

Cronos, devorado por un lápiz




Curiosamente y sin preveerlo, el ansia por escribir fue en aumento. Disponía de diez minutos y, como de costumbre, observé cómo el tiempo también se hacía presente en los instantes de "intimidad interior".
El pequeño lápiz dejaba tras de sí una serie de garabatos que, como si de un universo mágico se tratara, guardaba un equilibrio inmutable sobre el soporte material que contenía. Arrojé otra mirada al reloj, percatándome de que ya había consumido cinco de los minutos iniciales; sin embargo, nada estaba perdido, pues Cronos había sido capturado por un pequeño instrumento de madera, a primera vista inofensivo. Sonreí imaginando la situación. Y fue entonces cuando me surgió la pregunta ¿Puede la inmortalidad ser vencida por uno o varios momentos de inspiración?
Fuera como fuere ya había consumido mis pequeños gránulos de arena, con la certeza de que no había perdido ninguno de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario