martes, 6 de marzo de 2012

El amante



La luna iluminaba su rostro, el cabello ligeramente inclinado dibujaba un perfil creciente. Los ojos entornados se antojaban melancólicos, lejanos, abstraídos, entregados. La boca entreabierta exhalaba el hálito del deseo a unas serenas aguas que reflejaban su reflejo.

 No sé cuanto tiempo permanecí admirando aquel cuadro pero lo que jamás olvidaré sería su nombre: "El amante".

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